
La lucha constante de una joven con sueños
Por: Génesis Córdova
“Ser futbolista significa para mí es la fuerza para entrenar, para generar impacto social, identidad y empoderamiento”, destaca Coraima Moncada, futbolista ecuatoriana. La actividad femenina en este deporte llega a ser vista como una contribución a la expansión de las experiencias tradicionalmente definidas. Ser femenina ya no es tema de estereotipo.
A finales de los setenta, varias mujeres practicaban fútbol en algunos parques de la ciudad de Quito. Las pocas que lo hacían a manera de hobby con sus familiares y amigos, eran muchas veces criticadas porque no ejercer el rol estipulado -les decían- , sin saber que, hasta poco tiempo después, el fútbol femenino tomaría forma en el futuro. En el año 2004 se realizó el primer campeonato amateur femenino y aunque su trayectoria se ha envuelto en la falta de recursos económicos y erradicación de tabúes, ahora la imagen del fútbol femenino sigue siendo una lucha en el cambio social.

Coraima Moncada, inició su carrera a los 16 años en el club Dreamers y luego de un partido amistoso con el club Guayaquil City, el entrenador se cautivó por su desempeño y apostó por ella, a los 18 años se desenvuelve como jugadora en dicho club. Para esta joven, el deporte es una herramienta más en la lucha por erradicar la violencia de género y es importante promoverla desde la niñez: ellas son capaces para el fútbol, qué sienten esta disciplina deportiva, que se destacan igual o mejor que jugadores masculinos. Sin embargo “Falta mucho todavía para que valoren nuestro esfuerzo”. A su corta edad tiene claro la situación social de una mujer futbolista.
“Desde mi niñez, tuve un balón conmigo y todo fue influencia de mi papá”. Coraima recuerda anécdotas con su padre quien siempre la ha apoyado en la decisión de ser futbolista “Su sueño se convirtió en el mío, siempre está pendiente de mí porque conoce como hombre lo que puedo llegar a sufrir por los comentarios mal intencionados, mi papá me prepara para el futuro y eso me hace sentir segura”. Con entusiasmo describe a su padre como su consejero y entrenador personal.
“Alex Morgan (futbolista femenina) y Messi son mis referentes en el fútbol. Aunque Morgan se ha convertido en mi referente de vida” . Durante la videollamada, noto su admiración por estos personajes, pero la pasión por como delinea a Morgan llamó mi atención. Sin duda, quise saber por qué es su referente de vida, rápidamente indicó. “Alex a sus treinta años deja en claro que su embarazo no es obstáculo para entrenar. Además de destacar en el fútbol estadounidense, es graduada en Economía política y es escritora. Eso me hace pensar que como mujer puedo cumplir y ejercer muchas áreas, ella me inspira.”
“En cuanto a la cancha me desenvuelvo como mediocampista. Ya sabes… el equipo contrario cree que va a cubrir nuestra área hasta que se topa conmigo” Con risas entre dientes cuenta como su padre desde niña la motivaba diciéndole que era muy buena para robar y maniobrar el balón “Aunque papá me molestaba con eso, no fue, hasta que entré a Dreamers Club donde descubrí que me destacaba en esa posición, gracias a mi entrenador, Pedro Herrera.”
La futbolista menciona con alegría el pertenecer al Club Guayaquil City: “Estoy agradecida por los clubes que me han tocado, porque en los dos he aprendido. Comencé en Dreamers Club y con ellos tuve un partido amistoso contra Guayaquil City en la Cancha Samanes (Guayaquil). Luego, mi entrenador de ese entonces me llamó indicando que el Club Guayaquil City quería que forme parte de ellos. Pienso que… así es como uno va creciendo”.
La entrevistada guarda silencio al escuchar la siguiente pregunta y aunque no estaba junto a ella pude notar que recordaba algo con tristeza “Incluso, por practicar fútbol, las críticas las he recibido de personas cercanas” Pero, se recupera y sonríe, “Créeme que ahora es diferente, algunos familiares ya han olvidado decir que soy <<machona>> seguramente porque han visto a más mujeres y niñas hacer esto.”
Después de conversar sobre sus habilidades y anécdotas, no me contuve en preguntarle si este deporte le ha dejado sinsabores en la cancha, ella menciona, “Claro que el fútbol a veces te decepciona, al menos a mí me entra todo menos emoción al perder un campeonato. Saber que jugaste bien, tu equipo lo dio todo y aun así perder ¿Quién no se decepciona? Yo sí, y voy a encerrarme al cuarto. Luego, recuerdo que así es el fútbol y hay que intentarlo a la próxima, es una buena manera de formar el carácter”.
Coraima indica que en su colegio fue popular por jugar fútbol, era la solicitada en las olimpiadas hasta que tomó en serio el entrenamiento “Cuando empecé a dedicarme a este deporte, sufrí cierto rechazo al principio y era por chicos, sentí que me subestimaban por ser mujer, esa fue mi primera impresión. Luego, cuando pasamos más tiempo entrenando nos comenzamos a llevar mejor” . Coraima comenta cómo fue ese proceso de adaptación “Cuando tuve más tiempo de entrenamiento, mis compañeros me hicieron sentir uno más, la única diferencia era el vestuario”
El fútbol femenino es un desafío en Ecuador, lo menciona Coraima y lo deja claro en su corta experiencia. “Creo que como mujeres nos desenvolvemos bien, se ha mejorado mucho. El desafío está en la visibilidad porque falta más ayuda por parte de los medios de comunicación. Asimismo, tomo como referencia de otros países donde ciertas empresas de cuidado femenino se involucren más en promover mujeres deportistas”, “El otro desafío es la paga. Por un jugador invierten más que por una jugadora; esto debe cambiar”.
Después de arrancar con preguntas profesionales quise saber más. Aunque hay cierto tabú al hablar de este tema, me arriesgué. Me miraba y sonriendo, dijo “En mi equipo no tenemos ningún problema a la hora de hacer ejercicio físico cuando estamos en nuestro ciclo menstrual. E incluso, mi ginecóloga me ha mencionado algunos beneficios y los he experimentado como el alivio de mi dolor y controla mis cambios de humor. Creo que sí existen casos extremos y es necesario acudir a un médico, pero para mí el ciclo menstrual no es impedimento”.
Coraima aunque tiene sólo 18 años piensa que puede aconsejar a chicas que aún no se animan a tomar la decisión de seguir su pasión por el deporte “En mi caso, nunca pensé que el ser mujer tiene una desventaja, recién lo estoy aprendiendo. Como chica principiante, les aconsejo olvidar ese desbalance , más bien, enfrascarse en ser deportista como tal, llevar una disciplina, ser buenas en lo que hacen y luego esos resultados hablaran por sí mismo”.
Desde el surgimiento del fútbol, este fue considerado un deporte masculino por el grado de competencia y fuerza física. El problema radica en la diferenciación, para muchas personas ver fútbol femenino es diferente a ver fútbol masculino. El reto está en mostrarlo como un negocio y un espectáculo exitoso. Pero eso significa: inversiones, esfuerzos y cambios; todo un proceso que involucra clubes, instituciones, patrocinadores, jugadoras, entrenadores y público. Sin hacer comparaciones, no existen límites en cuanto a feminidad por la inclinación a practicar algún deporte. Sin duda, practicar fútbol o cualquier otro deporte expresa multiplicidad en las maneras de entender el “ser mujer”.
